Warma Kuyay: un espejo de realidad en la sociedad
- Autores varios
- 22 nov 2024
- 7 Min. de lectura
Autores: María Berrocal Montoya, Milagros Castillo Atúncar, Sandy Portillo Solano, Luis Ricopa Huayta

Warma Kuyay es una frase en lengua quechua que traducida se entiende como “amor de niño”. Este fue el primer cuento publicado en 1935 por uno de los más destacados literatos peruanos: José María Arguedas, quien fuera escritor, antropólogo, poeta y docente universitario, reconocido por ser el principal exponente del Indigenismo. Este cuento aparece por primera vez en la revista Signo y luego de dos años reaparece como parte del libro Agua, donde además de Warma Kuyay, recoge a Los escoleros. Originalmente, el cuento materia de esta reseña se iba a escribir en quechua —primera lengua de Arguedas— y es que tenía la esencia, ternura y exigencia de su alma. Este cuento tiene como protagonista a un niño mestizo que confluye entre dos mundos: el de blancos y el los indios, aunque se siente más cómodo con estos últimos debido a que comparte sus costumbres y labores. También se muestra una mezcla de amor inocente y sin prejuicios. Un amor libre de deseos carnales, pureza, pero también odio, abuso, opresión y resistencia, basada en experiencias propias del escritor. Ernesto está enamorado de Justina, pero ella prefiere a Kutu, un indio feo y con cara de sapo de la hacienda Viseca; sin embargo, don Froylán, uno de los patrones, es un ser despiadado, que sacudiendo su látigo imponía miedo y repulsión. Por ello, es necesario precisar que en este texto estamos en contra del abuso sexual en general y sobre todo hacia la mujer, sin importar de qué lugar y época sea en la que se encuentre. Lo que se expone son situaciones de abuso que usted podría presenciar en la comunidad donde vive, incluso algún familiar lo esté viviendo. A continuación, descubriremos el amor inocente y una soberbia descripción de paisajes hermosos como lo es el andino —que es un personaje más en la obra—, pero, sobre todo, la ingenuidad de los niños como Ernesto o la frialdad de Don Froilán.
La primera experiencia amorosa de una persona se basa en la utopía del amor eterno, una idea similar a lo que le sucedió a Ernesto con Justina o Justinacha, como a él le gustaba llamarla —“-cha” es un morfema quechua que expresa el diminutivo de lo referido; es decir, Justinita—. Ella era mayor que él y mantenía una relación con Kutu, un indio poco agraciado. Ernesto disfrutaba verla bailar por las noches en el patio de la hacienda a Justina, siempre anhelando que su sentimiento sea correspondido; sin embargo, ella no retribuye su interés: todo lo contrario, él solo se conformaba con ver y disfrutar de aquella persona, aunque sea de lejos. Y es que el amor a esa edad puede ser simplemente una fantasía que consideramos perfecta y maravillosa, lo que conduce a que lleguemos a idealizar. Empero la historia recién comienza y a este asunto idílico se contrapone el abuso sexual por parte de Don Froylán, el hacendado que por tener poder y dinero abusó de la indefensa india solo para satisfacer sus deseos perversos. Este hecho llenó de indignación a Kutu, novio de Justina, y a Ernesto. Por esta razón, consideramos que Arguedas describe el amor que despertó en Ernesto a los 14 años basado en inocencia y en un mundo de fantasía creyendo ser para toda la vida. Es ese tipo de romanticismo que muchos adolescentes atraviesan en la actualidad llegando a cometer errores que asumirán para toda su vida. Después de lo sucedido, a Ernesto no le quedó más que conformarse quedándose en la hacienda Viseca, siempre cerca de su amor imposible, contemplando su presencia desde lejos a pesar de estar bajo el mismo cielo, oyendo su melodiosa voz al cantar, escuchándola reír, pero muy dentro de él sabía que nunca sería para él y que algún día pertenecería a otro hombre, más grande y fuerte que él. A pesar de todo eso, Ernesto vivió feliz, ya que tenía a su Justinacha cerca de él. Cuestionamos rotundamente el accionar de don Froylán porque es completamente nauseabundo concebir la idea de un ser tan inhumano, con poderío económico y social, pueda transgredir las normas naturales de la sociedad para convertirse en un monstruo libidinoso, que está dispuesto a devorar a su víctima sin misericordia.
Arguedas expuso claramente la desigualdad e injusticia social donde predomina el yugo sobre los siervos o indios; es decir, humanos socialmente inferiores.
A pesar del inclemente comportamiento de don Froylán, se rescata el remordimiento de Kutu, quien, a pesar de estar lleno de ira por el abuso a su novia, piensa en los hijos de su patrón, en que ellos no merecen quedarse sin su padre. Ante esta situación, ¿cómo hubiese actuado usted al ser testigo del abuso de don Froylán hacia Justina? Confiamos que su respuesta sea lo más objetivo posible; sin embargo, no estamos ajenos a este tipo de actos violentos en nuestra sociedad actual, solo basta prender la televisión o revisar algún medio de comunicación para darnos cuenta de la terrible realidad a la que estamos expuestos, sintiéndonos vulnerables ante las autoridades, quienes deberían de protegernos, pero lamentablemente el reglamento jurídico nacional solo favorece a los más pudiente que se enriquecen, muchas veces, gracias al trabajo de los que menos tienen, mostrando a una sociedad socialmente desigual.
Fue el mismo Kutu quien le cuenta a Ernesto sobre el abuso a Justina. Desde ese momento él le incita a sublevarse y vengarse de su patrón. Sin embargo, el indio se niega por su condición inferior de ser humano, además, ya que, si pone en acción sus pensamientos, los hijos del patrón que estaban muy pequeños podrían quedarse sin padre. Ernesto no comprende las razones insulsas brindadas por Kutu; sin embargo, este último trata de aliviar su ira y frustración desquitándose con los animales que se encontraban en el corral —por ejemplo, le daba latigazos a los becerros de don Froylán—. El niño Ernesto fue testigo en varias oportunidades de esta escena que, en un principio aceptaba, pero luego se arrepentía y abrazaba a los animales, sollozando les pedía perdón por tal crueldad. Y es que la violencia sexual no solo afecta a la víctima, sino que tiene un impacto profundo en el aspecto físico, psicológico y emocional, lo que lastima la integridad para con las personas de su entorno no solo de manera física, sino también de manera psicológica y emocional lastimando su integridad como mujer, para el caso de Justina. Por ello, consideramos que la violencia sexual contra mujeres indígenas está estrechamente vinculada al racismo y a la discriminación social. Los perpetradores aprovechan estas desigualdades de poder y los estereotipos negativos sobre sus trabajadores, específicamente sobre Justina para poder cometer semejante atrocidad. Precisamente esta falta de equidad social somete a las personas de bajos recursos a extralimitaciones, ya que, debido a su condición, son más vulnerables e imposibilitados de alzar su voz ante esta problemática. Asimismo, en esta obra podemos observar claramente que don Froylán no recibe ningún tipo de castigo, ya que el poder económico que posee lo protege de todos sus malos actos. Por consiguiente, Warma kuyay nos hace reflexionar que antiguamente la palabra de la mujer indígena abusada no tenía ningún valor, puesto que era visto como un delito normal y que merece sufrir abusos por parte de sus patrones. Lo cual hoy en día se respeta y toma en cuenta, la palabra y los derechos de la mujer, ya sea indígena o no.
Es fundamental reconocer que José María Arguedas explora y plasma la compleja realidad de las comunidades indígenas peruanas como un el choque cultural entre lo andino tradicional y lo occidental moderno. Se exploran los desafíos que enfrentan los personajes, también se aprecia la identidad indígena, mostrándose como seres inferiores, cuyas tradiciones y valores culturales solo les permite preservar su vida, mas ella no tiene valor y le pertenecía a su amo. Rescatamos la importancia de la lengua quechua, ya que refleja la identidad lingüística por parte del autor, lengua que le sirvió para comprender a los indios cuando su madrastra lo enviaba a dormir en bateas junto con los indios. Además, se encuentran los topónimos y palabras en quechuas como harawi (canto alegre, maula que significa cobarde, desleal, chawala, morada de una divinidad entre otros. En esta obra, es necesario señalar a Ernesto, que a pesar de ser niño experimenta situaciones que no son propias para su edad y es preciso acotar que el cuento está narrado en primera persona, es decir, es el mismo Arguedas que relata un episodio de su niñez, sin duda añadido a la fantasía. Consideramos que esta pequeña obra tiene escenas que muestran al Perú de aquellos años, donde los que tenían más dinero abusaban de los “indios o clase baja”, a pesar de ello Kutu mantiene la esperanza de que Ernesto crezca y se reciba de abogado para que los pueda defender de tanto abuso. Kutu cansado de todo se marcha de la hacienda, abandonando a Justina. Poco tiempo después a Ernesto lo llevan a la costa y el recuerdo de Justina sirve para afianzar en el protagonista su adhesión a la cultura andina. Por estas razones, Warma Kuyay es una obra que le hará reflexionar, odiar y sentir tristeza por los casos de cada personaje y el desenlace de la obra.
En síntesis, recordemos que esta obra está inspirada en las propias vivencias de José María Arguedas, de su niñez y todas las adversidades que le tocó afrontar a tan corta edad y de cómo todo lo vivido repercutió en su vida cuando fue adulto. Al parecer, no hemos evolucionado como sociedad, tanto en la provincia de aquellos años como en la actualidad. La obra nos muestra un relato tan cruel como el episodio por el que pasó Justina, el atropello de Don Froylán y los pensamientos no accionados por parte de Kutu y Ernesto. Le invitamos a reflexionar las siguientes preguntas: ¿Para este caso hubiera sido conveniente aplicar la Ley del Talión? ¿Qué podemos hacer cuando nos sentimos vulnerados y las autoridades sufren de ceguera severa? Antes de que responda, quisiéramos que medite sobre lo acontecido y sea consciente de que no es correcto actuar dejándonos llevar por nuestros impulsos. Warma Kuyay invita a reflexionar sobre el autocontrol de nuestros sombríos pensamientos. A través de su narrativa, Arguedas nos lleva a cuestionar acerca de cómo deberíamos de actuar en situaciones que no son favorables para nosotros y que, a pesar de todo, nos enseña que amores como Ernesto hacia Justina existen muy pocos en nuestra actualidad, amores que son inocentes sin malicia.
Para conocer más
Vinatea Recoba, M. (s. f.). El quechua y el español en Warma Kuyay de José María Arguedas. Saberes Compartidos. https://saberescompartidos.pe/el-quechua-y-el-espanol-en-warma-kuyay-de-jose-maria-arguedas/
Dato bibliográfico
Arguedas, J. M. (1935). Agua. La Biblioteca Digital de América. https://www.ellibrototal.com/ltotal/?t=1&d=17364
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